BIBLIOGRAFIA SOBRE ALBERTO BRITO LIMA
BITACORA ALBERTO BRITO LIMA
sábado, 17 de mayo de 2025
Alberto Brito Lima: Biografía de un referente del peronismo combativo y nacionalista
Alberto Brito Lima (Avellaneda, Buenos Aires, 31 de marzo de 1940 – Tres de Febrero, Provincia de Buenos Aires, 28 de septiembre de 2012) fue una figura central en la evolución del peronismo durante las décadas de 1960 y 1970, reconocido por su liderazgo en el Comando de Organización de la Juventud Peronista (CO) y su defensa de un proyecto político nacionalista, antiimperialista y anticomunista. Su trayectoria, marcada por la confrontación ideológica y la militancia territorial, ofrece una ventana para comprender las tensiones internas del movimiento justicialista durante el período previo al retorno de Juan Domingo Perón y la posterior escalada de violencia política en Argentina124.
Infancia y formación política temprana
Nacido en el seno de una familia humilde del barrio de Mataderos, Brito Lima experimentó desde niño el impacto simbólico del primer peronismo. Un momento definitorio ocurrió a los nueve años, cuando asistió a la inauguración del barrio Los Perales, un complejo de viviendas sociales construido bajo el Plan Eva Perón. La presencia de Perón en el acto y la entrega de un racimo de uvas a cada niño -gesto que Brito Lima recordaría como fundacional- selló su identificación con el movimiento5. Este episodio, ocurrido en 1949, no solo ilustra la política de proximidad del gobierno peronista, sino que también revela cómo el espacio urbano y las políticas sociales moldearon las lealtades políticas de una generación5.
El golpe de Estado de 1955 contra Perón catalizó su compromiso militante. Brito Lima, como muchos jóvenes de barrios obreros, interpretó la Revolución Libertadora como una agresión a las conquistas populares. Su barrio, estigmatizado por el vicealmirante Isaac Rojas como "un nido de ratas peronistas", se convirtió en semillero de resistencia5. Esta experiencia de marginalización y represión estructuró su visión de la política como confrontación directa contra las élites oligárquicas y sus aliados militares.
Juventud Peronista y fundación del Comando de Organización
A principios de la década de 1960, Brito Lima emergió como dirigente en la Mesa Ejecutiva de la Juventud Peronista (JP), donde ocupó la Secretaría de Organización. Su grupo, originario de La Matanza, se distinguió por rechazar las tendencias foquistas y marxistas que ganaban terreno en sectores de la JP. En 1961, durante un congreso en el Sindicato del Calzado, su facción perdió por un voto una elección interna contra quienes proponían adoptar métodos de guerrilla rural inspirados en la Revolución Cubana14. Esta derrota precipitó la escisión que llevaría a la creación del Comando de Organización en 1963.
El CO se estructuró como una agrupación de base territorial, priorizando la inserción en barrios populares y sindicatos antes que la acción armada inmediata. Su folleto Argentinos a la lucha (1963) delineó una doctrina que combinaba el nacionalismo católico con una ortodoxia peronista intransigente, denunciando la "infiltración marxista" en el movimiento4. Esta postura los enfrentó tanto con la izquierda revolucionaria como con sectores del sindicalismo "vandorista", acusados de negociar con gobiernos de facto24.
Ideología y prácticas militantes
El pensamiento de Brito Lima se nutrió de tres ejes principales:
Antiimperialismo económico: Rechazo a la dependencia de capitales extranjeros y defensa de la industrialización nacional.
Ortodoxia doctrinaria: Adhesión literal a los postulados de Perón, considerados un cuerpo filosófico completo que no requería síntesis con otras corrientes4.
Combate al comunismo: Percepción del marxismo como amenaza existencial a la identidad nacional, lo que justificaba alianzas tácticas con sectores conservadores2.
Esta cosmovisión se materializó en prácticas como la formación de "unidades básicas" en fábricas y barrios, la organización de actos callejeros masivos, y la creación de estructuras de seguridad para proteger a dirigentes sindicales leales a Perón5. A diferencia de Montoneros, el CO priorizó el control de instituciones sobre la lucha guerrillera, aunque mantuvo capacidades paramilitares evidenciadas en su participación en el Operativo Retorno de 1964, donde militantes armados intentaron facilitar el regreso de Perón4.
Trayectoria institucional y conflictos internos
Brito Lima accedió a la Cámara de Diputados en dos períodos: 1973-1976 y 1983-1985. Desde este espacio, impulsó leyes para restituir propiedades sindicales intervenidas tras el golpe de 1955 y promovió medidas de control estatal sobre sectores estratégicos1. Su rol parlamentario coexistió con una intensa actividad callejera: en 1971, aliado a Rodolfo Galimberti de las Juventudes Argentinas para la Emancipación Nacional (JAEN), lideró movilizaciones que desestabilizaron al gobierno de Alejandro Agustín Lanusse4.
La relación con otros sectores peronistas fue conflictiva. En 1974, rompió con su histórica aliada Norma Kennedy por negarse a integrarse al ala liderada por José López Rega, expulsando a cuadros que proponían métodos ilegales en la "lucha antisubversiva"4. No obstante, su grupo estableció una polémica alianza con el comisario Alberto Villar, recibiendo armamento policial que usaron en enfrentamientos con la guerrilla y facciones sindicales rivales4.
Exilio interno y últimos años
El golpe de Estado de 1976 impactó severamente al CO. Las fuerzas armadas allanaron la casa de Brito Lima en Mataderos, deteniendo y torturando a su madre en un intento por localizarlo4. Aunque evitó la desaparición física, su influencia política declinó durante la dictadura. Tras el retorno a la democracia, Menem lo nombró embajador en Honduras (1989-1993), cargo desde el cual promovió acuerdos comerciales centrados en productos agrícolas1.
En sus últimos años, Brito Lima mantuvo una postura crítica hacia la deriva neoliberal del peronismo, aunque sin recuperar el protagonismo de décadas anteriores. Falleció en 2012, dejando un legado que combina el fervor militante con las contradicciones de un peronismo que osciló entre la institucionalidad y la confrontación armada14.
Balance y controversias
La figura de Brito Lima encapsula tensiones irresueltas del peronismo:
Su defensa de la ortodoxia doctrinaria chocó con la flexibilidad táctica que caracterizó al movimiento.
Las alianzas con sectores represivos durante los años setenta generaron críticas por priorizar la lucha anticomunista sobre los derechos humanos4.
Su nacionalismo económico entró en contradicción con políticas de apertura impulsadas por gobiernos justicialistas posteriores.
Pese a su marginalización en relatos hegemónicos, el CO bajo su liderazgo demostró la capacidad del peronismo para articular respuestas orgánicas en contextos de proscripción, combinando acción directa con inserción institucional. Su historia desafía dicotomías simplistas entre "izquierda" y "derecha" peronista, revelando un espectro ideológico más complejo donde convergieron tradiciones nacionalistas y demandas populares25.
La persistencia del Comando de Organización -aunque con menor relevancia- hasta el siglo XXI sugiere que el modelo de militancia barrial y lealtad inquebrantable a la doctrina peronista sigue resonando en sectores que rechazan tanto el neoliberalismo como el progresismo izquierdista5. Brito Lima, en este sentido, prefiguró debates contemporáneos sobre la identidad del justicialismo en un escenario globalizado.
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